miércoles, 19 de enero de 2011

Reciclando: Domingo 7

Siete domingos con la misma historia, histeria y desilusión. Muy aparte de los resultados, la desilusión toma fuerza y forma en las caras de las personas que acudimos a votar. En cada elección nos toca ver el desfile de cojos, griposos, y más de una vez gente con sueros, apurándose a votar, les aseguro que en su gran mayoría sin ninguna ínfula patriotera, sino simplemente por el "papelito".

Y así, mientras baja la histeria, crece la desilusión, y se repite la historia, los invito a reflexionar: ¿Debe ser obligatorio el voto? ¿Es más representativo un gobierno en el que los ciudadanos han sido obligados a votar? ¿Por qué? y más específicamente ¿Se justifica el gasto de la última elección?

El parlamento andino, es una institución, que puede promover, armonizar, crear objetivos, es decir que sus decisiones, si es que en algún momento las tuviera, no tienen que ser acatadas por ningún estado, hablando ya en la práctica. A lo mejor habrán sanciones, vetos y todos esos saludos a la bandera que se los aplican a los paises pequeños, y si no acordémonos de lo que pasó con USA y su rebeldía con el Concejo de Seguridad de la ONU, exacto: NADA.

Por esto, no creo que era necesario hacer una elección nacional para elegir a unos representantes, que bien los pudo haber elegido el congreso o nombrado el presidente como un diplomático más con asesores en materia legal, porque, ¿qué pasaría si este representante no es afín al gobierno? Cómo va a coordinar leyes con las que él,probablemente, ni siquiera está de acuerdo.

Por eso es que la apatía fue la regla en esta elección, pero que bueno por los del CNE, quizás ahora sí puedan terminar de contar a tiempo los pocos votos que hubo.

Domingo siete, nunca más.

Publicado originalmente en mis Facebook Notes el lunes 15 de junio de 2009 a las 4:32pm